quinta-feira, 21 de junho de 2012

CLARIN: Testosterona também faz a CABEÇA das mulheres KKKK


Las hormonas, protagonistas del deseo y la atracción sexual

El estrógeno, la progesterona y la testosterona cumplen funciones clave que afectan las relaciones.



En el colegio aprendimos que el estrógeno, la progesterona y la testosterona son hormonas fundamentales para la reproducción humana. Lo que nunca nos enseñaron es el rol que cumplen dentro de la vida sexual. Estas sustancias pueden ser responsables de la excitación y de la atracción, de facilitar el orgasmo y fogonear el deseo, o de apagarlo definitivamente.

La primera, si se tiene en cuenta su papel protagónico en la sexualidad, es la testosterona. Clásicamente vinculada con los varones, esta hormona también se encuentra en la mujer, aunque en niveles más bajos. Para la doctora Celia Laniado, sexóloga y psicóloga, miembro de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana, es “la responsable del deseo sexual”. Ni más ni menos. “La sexualidad femenina sin testosterona es una casa que se va a derrumbar”, advierte sin rodeos. 
El doctor Walter Ghedin, psiquiatra y sexólogo clínico, coincide y enfatiza que actúa sobre la excitación en ambos sexos. “En el hombre, es responsable de la producción de esperma, de los caracteres sexuales externos y de la respuesta sexual. Además, aumenta el deseo, las erecciones y las eyaculaciones”, describe. En la mujer, para comprobar sus efectos, basta con observar cómo se dispara el deseo y la sensibilidad los días más cercanos al período de ovulación. Esto se explica por el pico de testosterona que se produce en ese momento.



Esta hormona, así como es una gran aliada, también es culpable de la baja libido que llega con los años. Disminuye gradual y naturalmente con la edad, en ambos sexos. Algunos síntomas de que está en falta: sequedad en el cabello y en la piel, disminución del vello púbico y desgano. También se reduce la capacidad de alcanzar el orgasmo, porque “repercute en la excitación y silencia el estímulo sexual en las zonas erógenas”, explica la experta. La ausencia de fantasías es otro signo común. 
Muchas mujeres llegan al consultorio de Laniado preocupadas por su falta de deseo o por su incapacidad de lograr el clímax. “Se consideran ‘no apasionadas’, toman distancia de su pareja y pierden el interés por acariciar o ser acariciadas. No saben que puede deberse a una baja producción hormonal”, explica la doctora. Para compensar este déficit y sus efectos, existen suplementos hormonales, que deben ser recetados por los médicos.

Los estrógenos y la progesterona también influyen en la vida sexual. Los primeros son responsables de los caracteres femeninos, como el crecimiento de las mamas y el desarrollo de los órganos sexuales femeninos. Aumentan durante la primera fase del ciclo menstrual, con un pico cerca de la ovulación. “Se cree que estimulan el deseo y las habilidades para el encuentro erótico”, sintetiza el sexólogo. Laniado detalla que “favorecen la lubricación vaginal, la vasodilatación de la vagina –importante para la penetración–, y la circulación sanguínea en el clítoris”.
Hasta aquí, las heroínas de la historia. La progesterona es “la mala” de la película: entra en escena en la segunda fase del ciclo femenino, después de la ovulación. Ghedin expresa que su función consiste en “ayudar a preparar al cuerpo para un posible embarazo y, por lo tanto, retiene líquidos corporales, aumenta el endometrio y el tamaño de las mamas, y altera el estado de ánimo”. Si le resultan conocidos los síntomas es porque la progesterona se vincula con el síndrome premenstrual, esas molestias típicas que anuncian la menstruación. En cuanto a sus efectos sobre el sexo, Ghedin indica que reduce el deseo y, como puede producir malestar anímico, obstaculiza el encuentro. Durante el embarazo, es la responsable de los sentimientos maternales y de la baja libido. Por todo esto, está confirmado: el “estoy hormonal” puede ser más que una excusa para no tener sexo.
Cómo actúan
Testosterona. Es respon-sable del deseo sexual. En la mujer, aumenta en la ovulación.


Estrógenos. Aumenta en la primera fase del ciclo menstrual y favorece la lubricación y la circulación sanguínea en la vagina.



Progesterona. Cierra el ciclo menstrual. Altera el estado de ánimo y disminuye el deseo.

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